Tengo un amigo que soporta, entre otras desgracias, la de tener una mujer alcohólica. Desde hace años, los médicos le han insistido en que o deja de beber de manera radical o el día menos pensado sufrirá una cirrosis que tan sólo será el preludio de un cáncer de hígado. Sin embargo, la esposa de mi amigo se resiste a dejar la botella. Comenzar el día con un sol y sombra, continuar con varias cervecitas a lo largo de la mañana, llegar al vermut de antes de comer con dos litros de alcohol en el cuerpo, regar la comida con casi una botell
Comentarios
¿Por qué, oh por qué, no contará el señor Vidal por enésima vez el chiste del chocolate del loro en vez de un cuentecillo imaginario (quiero creer que no se ha basado en ninguna persona de su entorno) en el que la adicción al alcohol se quita -es un suponer- con un poquito de voluntad nada más y no con mucho sufrimiento y terapia durante meses o años?