Hace 15 años | Por --125226-- a elpais.com
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Santino recoge las piedras, las selecciona y las pule con calma. Luego, las arroja contra los visitantes del zoo de Furuvik, en Gävle, a unos 170 kilómetros al norte de Estocolmo. Para los científicos de la Universidad de Lund, en el sur de Suecia, ésta es una de las primeras pruebas de que un animal distinto del hombre puede hacer planes para el futuro de manera espontánea. Y no siempre con buena intención.

Comentarios

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¡Que mala lexe la del mono!