Publicado hace 11 años por val6ntina a hablandorepublica.blogspot.com.es

Confieso. He matado, atropellado, traficado, robado coches. Me he enfrentado a la policía con armas de guerra. He bombardeado, manejado VANT (Vehículo Aéreo No Tripulado), cañoneado y usado napalm. Pero también he combatido con la resistencia vietnamita, con La Nueve en Paris y he colocado la bandera roja en el Reichstag... y todo sin salir de casa, a través del ratón y el teclado o del mando de la videoconsola. Sí, soy un jugón, desde que me alzaba de puntillas para llegar a los mandos de las famosas máquinas mata marcianos[..]

Comentarios

c

Creo sinceramente que parte del problema es que muchos padres no respetan las indicaciones de edad de los videojuegos. A un tío de 18 años le das un videojuego en que Cuba ha invadido Miami y en que hay que matar socialistas, y muy gilipollas tiene que ser para no jugar con cierto sentido crítico que le permita distinguir juego de realidad. Le das ese mismo juego a alguien de 10 o 12 años, como sucede a menudo, y ya estás predestinando su ideología en base a una fantasía absurda que no pasa de la ficción.

D

#2 ¿Esos padres que a todas horas pueden encontrarse en TV películas en las que no hay más que guerras, asesinatos, muertos, armas, delitos de todo tipo, etc..?

Los videojuegos solo son una plataforma más de la propaganda mediática. Cierto es que inciden especialmente en la tolerancia de los jóvenes a las armas. Solo hay que tener en cuenta que uno de los juegos online más jugados es el Counter Strike (policías contra terroristas) y, en la misma línea, se hacen normales las guerras entre facciones en juegos de fantasía como World of Warcraft, donde gente recluta a nuevos jugadores, jugadores veteranos comandan a ejércitos de jugadores que piensan en arrasar al contrario por la fuerza...

Puede que alguno me identifique con alguno de esos moralistas que criminalizan los videojuegos. Lo cierto es que yo mismo he jugado y aún juego a algún videojuego, pero tengo suerte de contar con gente a mi alrededor que me hace pensar críticamente y me han enseñado a ubicarme en lo natural.

Yo creo que hay productos culturales y de ocio que aumentan, por poner un ejemplo, la aceptación de la pena de muerte entre los jóvenes españoles. Ver muertos a todas horas en la TV y en series por Internet, tampoco da pie a contextos sanos.

javi_magan

Genial artículo de Javier Couso en Hablando República, como cada lunes. Merece ser difundido.