La Nochevieja dejó en el pub cacereño un paisaje como para preocuparse. Sillas con dos patas, mesas amontonadas en una esquina, la puerta del local con varios cristales rotos, el suelo repleto de perchas de colores dobladas, y en el centro, una mesa con una pila de abrigos, por lo que una madrugada feliz derivó en un suceso con intervención policial incluida.
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Viva la diversión y la paz en Navidades.