Hace 11 años | Por --109163-- a viviralmaximo.net
Publicado hace 11 años por --109163-- a viviralmaximo.net

La gente aquí es pobre. MUY POBRE. Y aun así se les ve felices. Por eso, cuando camino por las calles del mercado y les veo, siempre sonrientes y amables, no puedo evitar preguntarme ¿qué nos ha pasado? ¿en qué momento se torcieron las cosas? Nos subimos a un avión y nos quejamos de que la comida sabe a plástico. Es decir, estamos en una máquina capaz de volar -sí, sí, VOLAR como un pájaro, tenemos la fortuna de poder comer algo caliente a 4.500 metros del suelo y ¿nos enfadamos porque la comida no es perfecta?

Comentarios

D

No lo creo, lo se.

La mierdosidad no se mide comparándote con gentes que viven a 5000 Kms. sino con tu entorno más inmediato. Un mileurista allí podría vivir en un palacio con servidumbre pero aquí no puede aspirar ni a una solución habitacional pues los pobres lo son en relación a la sociedad en la que viven.

Estos mensajes de "No te quejes que comparándote con los Vandecul de las Antillas eres un potentado" me ponen de mala leche, son burdos intentos de atontar a la gente.

srCarlosJesus

¡Puak!

Florida_man

Me parece que se confunden muchas cosas en este artículo.

D

Lamentablemente, saber que otra gente está peor no es consuelo ninguno.

ziegs

Estamos tan preocupados por acaparar que se nos olvidó vivir, vivir el día a día, con todo lo que trae.

Es cierto en algunos países de Asia y de África también, no existe la palabra depresión en su idioma, explicárselo resulta muy difícil, no lo entienden.

Hace muchos años, en una noche calurosa de un país africano, sentados bajo en enorme árbol, se repasaban los acontecimientos del día, los jóvenes hablaban y escuchaban a los ancianos que les hablaban de los errores que habían cometido para que no volvieran a repetirlos, a mí me llamó poderosísimamente la atención uno de aquellos ancianos, que hablaba muy poco y asentía contínuamente con la cabeza, al final de la reunión dijo: "Lo que llamáis errores es simplemente falta de experiencia, cuando vayáis aprendiendo dejaréis de hacerlos", no hubo enfados, no hubo regañinas, solo comprensión y benignidad; se puso en pie, la reunión se terminó y todos se marcharon, yo me quedé sentada con una emoción que no puedo describir, los ojos se me llenaron de lágrimas, al darme cuenta de la enorme diferencia entre su "salvaje" mundo y mi "civilizado" mundo.

m

O te sobra el dinero o todavía tienes mucho que aprender, una de dos.