Cuando Zabur mira al cielo no ve dioses ni princesas ni dragones ni sueños, sólo ve un vacío preñado de nubes y vientos en los que un buen volador de cometas sabrá jugar con la altitud y los cambios de dirección exactos para cortar las de los demás. “A veces tengo suerte y consigo derribar diez en un día. Otras no tengo tanta y me derriban a mí”, dice con los ojos muy abiertos, redondos, como si llevara el susto dentro del cuerpo.
Comentarios
Aprovecho para recomendar la lectura de la novela de Khaled Hosseini Cometas en el cielo.
-It's kite war!
-Shut up Sheldon...