Para Carlos Paredes, rostro del área de comunicación de Democracia Real Ya, mucho han cambiado las cosas para él a lo largo de este año. "Tengo una serie de ojeras perpetuas que antes no tenía. La actividad es frenética, te absorbe". Recuerda satisfecho muchos de los logros conseguidos, como "los canales internacionales creados", pero le cambia la cara al preguntarle por el último mes. Una asociación, una guerra interna y su expulsión -entre otras- de Democracia Real Ya.
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Pero ¿cómo van a expulsar a este hombre de un movimiento que no tiene reglas, ni líderes, ni jerarquía? A ver si se va a acabar pareciendo a un partido político al uso, con sus puñaladas y trapicheos.