«¿Qué es la tierra? ¿Es la tierra nuestra? Monten en sus vehículos y recorran las comarcas. Encontrarán tierras y más tierras sin cultivar, llenas de maleza, y todas tienen un señor: un diputado, o un marqués, o un abad, o el rey, o un latifundista, o un comerciante de la ciudad al que le gusta cazar conejos y perdices unos pocos días cada año. Esa tierra roja que usted pisa no es mía. No es de nadie y es de todos, aunque los papeles digan lo contrario». Un personaje de novela da su opinión sobre la propiedad.
Comentarios
Toda la tierra ha de volver a la propiedad del estado, y cederse su uso por período vital a los actuales propietarios, que a su muerte serán retomados los derechos por el estado, quien juzgará si requieren seguir usufructuados o pasan a otro uso.
No mas propiedad sobre la tierra, sino sobre lo construido SOBRE la tierra.
No hay vida más allá del capitalismo
me recuerdo a aquello de "la tierra para el que la trabaja".
#3 Estoy de acuerdo. La propiedad se deriva del trabajo, del esfuerzo, del mérito, y por tanto debe volver a ser merecida, trabajada. La compra-venta de una propiedad debería atañer únicamente al producto del trabajo (herramientas, inversiones, frutos...), pero nunca a la tierra ni al cielo ni al mar. No es descabellado pensar que la propiedad sobre una casa, por ejemplo, se extendiera sólo una décadas sobre el momento de su construcción o de la muerte de quien la trabajó, como de hecho ocurre con los derechos de autor.