En este texto se critica, en clave de humor, la idea de que no fue Mary Shelley, sino su marido, el que escribió Frankenstein. Al parecer alguien se ha tirado siete años estudiando para demostrarlo y el autor del texto no parece estar muy de acuerdo. Es entretenido de leer e incluye unos cuantos enlaces al final; a la bio del autor de la polémica, a la de Shelley, a la de su marido y, como no, a la del monstruo. Está curioso el tema, para pasar un ratillo.