Su amor por la lectura le llevó nuevamente a delinquir. La historia de Antonio F. H. es la de un preso que se aficionó tanto a la lectura durante su estancia en la cárcel que acabó aprovechando los permisos penitenciarios para ir a librerías de Triana y del centro de Sevilla para robar libros con los que aliviaba sus largas horas entre rejas. Una vez que quedó en libertad, Antonio continuó robando hasta hacerse con una biblioteca personal de más de 70 libros. Sin embargo, su gusto por la lectura le ha vuelto a causar problemas con la Justicia.
Comentarios
¡Un tipo que roba libros! ¡Y para leerlos! Esta noticia no será de El Mundo Today, ¿verdad?
En lugar de meterle en la cárcel, deberían hacerle un monumento.
#1 O descubrile el fascinante mundo de las bibliotecas públicas. La de problemas que se ahorraría.
#2, sí, también. Pero ya tiene mérito que alguien robe libros para leerlos y hacerse una biblioteca personal.
En la cárcel no hay bibliotecas? Yo creo que lo que le ocurre tendría algo que ver con la deformación profesional.
En el primer libro que aparece el comisario Jaritos, "Noticias de la noche", del escritor griego Peter Markaris, éste le pregunta a un confidente en una visita a su casa que cómo puede tener semejante biblioteca con sus pobres ingresos. La respuesta es digna de mención: "En el capitalismo, la cultura o se compra o se roba".