Científicos de la Universidad de Marsella y la de Liverpool han inventado un material plástico que desvía las ondas sísmicas de los terremotos. El invento está inspirado en la superfície de los cazas "invisibles", capaces de absorber las ondas de los radares, haciénolos imperceptibles. El nuevo material podría utilizarse rodeando los cimientos de los edificios para evitar las consecuencias de los terremotos sobre la población.