El detenido logra escapar tras fingir un ataque de ansiedad, empujar a un policía y correr hasta subir a un taxi. Esta huida se produce tan sólo una semana después de que dos presos lograran escapar de la cárcel Sevilla-I, poniendo en cuestión la seguridad de la prisión.
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Y ya el tercer preso que se fuga en un mes, vaya servicios de seguridad.
Vamos a Scofield no le hubieran hecho falta los tatuajes para fugarse en Sevilla