Hace 17 años | Por botifler.org a eco.uc3m.es
Publicado hace 17 años por botifler.org a eco.uc3m.es

El autor hace un analisis interesantisimo sobre las consecuencias de la globalizacion en la pobreza, y rebate con argumentos las posiciones de gente como Chomski, demostrando que la pobreza a disminuido con la globalizacion. es posiblemente el economista mas prestigioso de españa y esta particularmente interesado en la dramatica situacion Africa. Trabajo hecho de forma seria con rigurosos estudios, asi que abstenerse de votar sin leer.

Comentarios

f

Lo de que sea el economista más prestigioso de España es dudoso, pero bueno. La tesis de Sala de que la globalización ha implicado una reducción de la pobreza ha sido ya refutada por análisis econométricos más meticulosos y precisos que los suyos. Tal vez el más importante sea el realizado por Branko Milanovic, jefe de Investigación de Desigualdades Económicas del Banco Mundial (que por cierto, estos días ha estado por España). Este autor (tiene un libro editado en castellano sobre el tema, "La era de las desigualdades"), sin embargo, sus artículos de investigación pueden encontrarse también en revistas especializadas y en Internet. Citaré aquí sólo uno que precisamente se centra en explicar los errores cometidos por sala al realizar sus cálculos: "The Ricardian Vice:
Why Sala-i-Martin’s calculations of world income inequality are wrong" lo puedes encontrar en http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=403020 .

Por si alguien está interesado en rápido resumen de la posición de Milanovic, pego aquí una carta que envió a una revista publicada por el Fondo Monetario internacional, y en la que se refiere a los problemas del estudio de Sala (tal vez muy técnico al referirse a los problemas, pero para quien le interese:

http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2003/12/pdf/letterto.pdf

No hay una clase media mundial
En la edición de septiembre de Finanzas & Desarrollo, Prakash Loungani analiza las medidas de la desigualdad. Llega a la acertada conclusión de que la desigualdad medida a través de los ingresos promedio (o, mejor, el PIB per cápita) entre países ha venido creciendo en el último cuarto de siglo. A nivel internacional, existe una creciente divergencia entre países en lugar de
la tan anunciada convergencia. El autor analiza la desigualdad a escala mundial, que es desigualdad entre todas las personas del mundo, independientemente de dónde vivan, y afirma que observamos “simplemente, convergencia”. Esta afirmación es incorrecta. Se basa probablemente en los recientes trabajos de Surjit Bhalla y Xavier Sala-i-Martin, quienes usan la base de datos de Deininger y Squire (DS), inadecuada para calcular la desigualdad a nivel mundial. Para citar tan solo algunos problemas: 1) se usan quintiles para calcular distribuciones aproximadas en los países; 2) para el 85% de los países/años no se dispone de información
por quintiles, de modo que los autores asumen que no hubo variación en la distribución entre los años de los cuales se dispone de datos o que la variación fue lineal; 3) mientras que, originalmente, se calcularon quintiles a partir de encuestas, los autores los multiplican por el PIB per cápita (mezclando así los
datos de encuestas y las cuentas nacionales); 4) los quintiles de la base de datos DS se refieren tanto a hogares como a individuos; los autores mezclan estas categorías y tratan los hogares como si fueran individuos, y 5) los quintiles de gastos e ingresos se tratan como si fueran equivalentes.
Estos resultados no se basan entonces en los datos sino en los supuestos de los autores. No consideran las variaciones en la desigualdad del ingreso dentro de los países y suponen que la diferencia entre el PIB per cápita y los valores medios de las encuestas es neutral a la distribución. En lenguaje sencillo, significa que el excedente de valor del PIB per cápita comparado con esos valores —que sabemos se debe a una subdeclaración de la propiedad y los ingresos de los trabajadores autónomos y una subevaluación de los ricos— se asigna en forma igual para todos.
De ese modo, a los pobres “se les daría”, por así decirlo, una renta de la propiedad que nunca recibieron. ¡Los pobres no serían pobres si suponemos que son ricos! Bhalla y Sala-i-Martin no calculan la desigualdad global sino la desigualdad entre países ajustada por el tamaño de la población.
La diferencia entre las dos es precisamente la desigualad interna dentro de un país. Mientras que ambos autores explican el hecho de que la desigualdad a nivel mundial está disminuyendo porque China e India están creciendo más rápidamente
que los países ricos, no toman en cuenta el efecto de la creciente desigualdad dentro de esos dos países. Sus resultados, en el mejor de los casos, carecen de comprobación y en el peor, inducen a error. Este es el punto que planteé en mi trabajo “The Ricardian Vice: Why Sala-i-Martin’s calculations of global inequality are wrong”, que puede consultarse en www.ssrn.com.
En el único estudio de la desigualdad mundial basado en datos de encuestas (la única manera metodológicamente correcta de calcularla), encontré un aumento significativo entre 1988 y 1993 y una caída entre 1993 y 1998 (“True world income distribution, 1988 and 1993: First calculation based on household surveys alone”, Economic Journal, vol. 112 (enero), págs. 51–92). Mi estudio también está afectado por el problema 5) arriba señalado, pero ciertamente indica que si usamos el procedimiento correcto, es mucho más difícil llegar a la conclusión
de que la desigualdad mundial está en disminución. Por último, las discrepancias sobre la dirección del cambio —positivo o negativo— en la desigualdad mundial, que es, en todo caso, pequeño y no estadísticamente significativo, distraen de la cuestión fundamental: que esa desigualdad es increíblemente alta, con coeficientes de Gini de casi 70% para los ingresos ajustados según la paridad del poder adquisitivo y de 80 si usamos los tipos de cambio [Nota del redactor: un valor 0 representa la igualdad perfecta y 100, la desigualdad perfecta]. La distribución mundial del bienestar es aun más desigual que la distribución en los países menos igualitarios, como Brasil y Sudáfrica. Hablar, como hacen algunos autores, de una “clase media mundial” es absolutamente incorrecto.
Branko Milanovic
Banco Mundial
Washington

botifler.org

Agradezco que habras un debate tan interesante, pero creo que no eres del todo justo a la hora de valorar su trabajo, como bien sabras existe un pique entre ambos autores, en este mismo articulo Xala dice que la forma que a utilizado BranKo Milanovic para decir que la desigualdad a aumentado es cogiendo un periodo de tiempo deliberadamente corto y "bien" buscado.
Este articulo se centra en la disminucion de la pobreza a nivel mundial, y como todo buen heterodoxo no se centra en el tema de la desigualdad, sino en la disminucion de la pobreza, cosa que no creo que se pueda discutir, si fuera asi agradeceria que me aportes datos.
saludos

botifler.org

Por cierto, yo respeto mucho a Sala pero no significa que coincida plenamete con él, la desigualdad existente es un canteo, y creo que no existe una forma estandar como algunos pretender para sacar a los paises del subdesarrollo, es evidente que antes de recetar (tipo FMI) liberalizar todo a saco se han de tener unas instituciones previas que puedan hacer del proceso algo positivo, tambien un aspecto clave seria hacer llegar la financiacion a aquellos que mas lo necesiten y la AOD no cumple nada bien con esa funcion, los microcreditos si podrian llenar ese hueco y espero que asi lo hagan, pero todo esto ya es desviarse demasiado del articulo, en en este articulo no se habla de una clase media mundial y tu has dedicado mas de medio comentario para refutarlo.

botifler.org

Muy interesante, yo tampoco tengo tiempo ahora ya tengo que partir (a darme un poco a la mala vida) pero me interesaria hablar contigo mas en el futuro.
saludos

f

En ese caso, simplemente nos debemos remitir a la definición de pobreza. ¿Qué es la pobreza? Podemos entenderla como privación absoluta o como privación relativa. Si la entendemos como privación absoluta no nos importa la desigualdad. Sin embargo, los seres humanos resulta que sí tendemos a fijarnos en las diferencias y el concepto de privación relativa es muy importante. Su importancia podemos verla a la hora de explicar los flujos migratorios. Es imposible entenderlos sin fijarnos, entre otras cosas, en la privación relativa y en la sensación de pobreza relativa, puesto que no tendría sentido que un país o un territorio mejore su situación económica y a la vez comience a ser origen de emigrantes sino es teniendo en cuenta que la percepción de que las diferencias con el territorio de destino aumentan y por tanto crece esa sensación de privación relativa (bueno también hay otros factores que influyen en esto, pero desde luego, no contradicen, sino que creo que refuerzan la importancia de la privación relativa).

Por otro lado el propio artículo de Sala confunde pobreza y desigualdad. Cuando cita a Chomsky, por ejemplo, que habla de desigualdad y el responde en la línea siguiente haciendo referencia a la pobreza. Por otro lado, la crítica de Sala a Milanovic en éste artículo se refiere a otros estudios, no a los más recientes. (pues sólo se refiere a un estudio con datos hasta los 90, mientras que Milanovic ha ampliado sus trabajos). Además, el artículo sigue presentando un profundo problema metodológico, no toca las encuestas de presupuestos familiares, que es lo que realmente podría darnos una imagen de la desigualdad o de la pobreza en el mundo al investigar realmente lo que ocurre dentro de cada país.

Sala opta por una definición de pobreza (después de hacer referencia a los problemas de su cálculo) de 1.5 dólares diarios. Sin embargo no tiene en cuenta que como consecuencia de las variaciones en el tiempo de los precios, lo que debería ir comparándose (incluso aunque la cifra elegida sea arbitraria), es esa cifra +/- la variación que se produzca en los precios de las canastas básicas (en general + pues tienen la mala costumbre de subir los puñeteros). Ahora no tengo tiempo de poner más cosas, pero existen otros puntos débiles (demasiados en mi opinión) en la argumentación de Sala.

f

por mi encantado