La indescriptible emoción que sentí al escuchar sus palabras de despedida, como presidente de la Comunidad Valenciana, solo es comparable con la sensación de verdadera españolidad que me invadió al contemplar a la señora Cospedal, ataviada con mantilla y peineta, en las fiestas del Corpus Christi en Toledo.
Comentarios
Qué grande!! De las mejores entradas que he visto aquí últimamente.
#2 Lo he leido esta mañana y creo que le ha faltado un al final del artículo.
Es un sublime acto de sarcasmo.
¡Joder, qué brutos estos de elmundotoday!
Un poco cortito, pero bien.
José Enrique, tienes un corazón que no te cabe en el pecho