Hace 15 años | Por --61968-- a elcorreodigital.com
Publicado hace 15 años por --61968-- a elcorreodigital.com

El escándalo de los hallazgos fraudulentos de Iruña Veleia o su antecedente de la cueva de Zubialde (ambos en el País Vasco) son dos casos muy llamativos, pero no aislados, de una cadena de imposturas que han afectado a la arqueología desde su nacimiento como disciplina científica. Otros ejemplos son las falsificaciones como el "hombre de Piltdown" (el hombre orangután) y las tablillas de Glozel (escritura de hace 14000 años), considerado como el engaño arqueológico más sonado de la historia.

Comentarios

D

#2 Precisamente quienes desde el primer momento manifestaron recelos y sospechas, y, finalmente, han sido los primeros en echar por tierra el montaje de Iruña-Veleia han sido los filólogos vascos expertos (Lakarra y Gorrotxategi) que había en la comisión, y los que aún tiran del carro son los "pseudoarqueologos".

Ya en el 2006 los filólogos Gorrochategui y Lakarra reiteraron sus ya conocidas tesis sobre las «rarezas» de unos conjuntos de textos «sin parangón». Y es que aparecen «jeroglíficos que no lo son» o términos como 'Nefertiti' y 'Nefertari', cuando los nombres de estas dos reinas egipcios son convenciones del siglo XX. «Estamos ante una manipulación», zanjó Gorrochategui.
Lakarra, por su parte, puso ejemplos de palabras aparecidas en los grafitos «inverosímiles e imposibles» que no se han conocido en el vascuence hasta el siglo XV.

En noviembre del 2006, el filólogo catedrático Joseba Lakarra escribió lo siguiente:
http://www.elcorreodigital.com/alava/prensa/20061120/cultura_viz/veleia-arqueologos-primero_20061120.html

No es menor el asombro en el campo de la filología. No porque aparezcan textos en euskera o en una lengua antecesora del euskera, sino por qué aparece y cómo aparece. Para empezar, Veleia no sería en ningún caso una especie de epifanía de la lengua. La epigrafía romana de los primeros dos siglos de nuestra era ha conservado varios centenares de palabras en la lengua que los filólogos llaman aquitana y que es aquella de la que ha evolucionado el euskera. Hace décadas que es objeto de estudio intenso y riguroso por numerosos especialistas, hace décadas que se enseña en la universidad. Conocemos directamente -sin recurrir a diversas modalidades de reconstrucción, también desarrolladas- muchas características de esta lengua en un tiempo anterior al que se atribuye a los textos de Veleia. En el otro extremo cronológico, las célebres glosas emilianenses no son ni el primer, ni el único testimonio medieval del euskera: son centenares, si no miles, los nombres de persona y de lugar insertos en los textos conservados desde el siglo VIII. Así pues, hay referencias del idioma anteriores y posteriores a las fechas atribuidas a las inscripciones de Veleia.

La lingüística y la filología han desarrollado métodos y principios formalizados de análisis de la evolución de las lenguas, de aplicación universal. Simplificando mucho, funcionan como una escalera que hay que subir. Supongamos que para llegar de la forma A a la forma B se han de dar diez cambios morfológicos, fonéticos o semánticos, y sólo pueden producirse en una dirección y en un determinado orden. Diez peldaños. Pues bien, por limitarnos a un solo ejemplo, el Iainkoa del que dieron noticia los periódicos de junio mostraría la presencia del artículo en lengua vasca en torno a los siglos IV y V. Sin embargo, tal categoría no existía en aquitano, y el euskera la creó después tomando como modelo las lenguas románicas circundantes. La perplejidad viene del hecho de que en los siglos IV y V faltaban aún cientos de años para que en las lenguas románicas se generalizara el uso del artículo. La forma B -décimo peldaño- existiría por tanto antes de que se dieran siquiera las condiciones para el quinto. Es difícil no frotarse los ojos ante esto.

Evidentemente, los elementos de datación de dibujos y textos son decisivos. Pero mientras el medio de comunicación preferente sean las entrevistas de prensa, la situación es desasosegante. Es rigurosamente imposible que haya salido de la boca de Eliseo Gil lo que algunos medios han transmitido, en el sentido de que el carbono-14 y la termoluminiscencia -si es a esto a lo que se refieren cuando aluden a isótopos- garantizan la datación de los graffiti. El carbono-14 no puede datar cerámicas -sí contextos estratigráficos en los que hay cerámicas- y la termoluminiscencia da una horquilla cronológica para la fabricación de la cerámica, no para el momento o momentos en que ha podido ser grabada. Sólo cuando el equipo de Veleia exponga en publicaciones especializadas y reuniones científicas los elementos de datación de que ha ido disponiendo para los graffiti; cuando publiquen el primer estudio y el primer corpus de inscripciones y de imágenes; cuando esto se someta a discusión por los especialistas; entonces empezaremos a tener algunas seguridades.

El procedimiento científico necesita tiempo, quizá años. No es imposible que en ese proceso se revisen y corrijan hipótesis que ahora se barajan -y que no son sino eso, hipótesis. Veleia, con Calvario y con textos vascos o sin ellos, seguirá siendo un yacimiento muy importante que merece todo el interés de las instituciones: habría que tener cuidado en no vincular el calor de éstas y de la ciudadanía a descubrimientos espectaculares aún sin confirmar. Una ciudad romana no se excava en dos días. Y mientras análisis y publicaciones especializadas llegan, calma. No hace mucho que en Álava se vivió una experiencia traumática -las pinturas rupestres de Zubialde- cuando medios de comunicación y algún responsable político quisieron ir más deprisa de lo que podían los especialistas. Cuando se quiso forzar el ritmo de los historiadores para adecuarlo al de la política electoral. El resultado fue chusco y deprimente, y lo pagaron quienes estaban haciendo con profesionalidad una tarea que precisa de tiempo. Que no se repita. Déjese trabajar a los arqueólogos.

ikatza

#4 Y eso sin mencionar que la Diputación que alabó en el primer momento los hallazgos era del PP, y la Diputación actual, la que está tirando de la manta, está en manos del PNV.

tocameroque

Lo importante es hacer cosas y bien. Los sumarios de Garzón son un ejemplo de lo primero (hace cosas) pero no de lo último (bien).

D

A principios de los años 30 el volumen de falsificaciones era tan considerable que el prehistoriador francés André Vayson de Pradenne pudo dedicar toda una monografía al asunto, "Les fraudes en archéologie préhistorique" (1932).

Además de los dos casos que se explican en la noticia, destaca "Shinichi Fujimura, un arqueólogo japonés que 'plantaba' de madrugada los artefactos prehistóricos que desenterraban sus colaboradores durante el día. Fujimura fabricó yacimientos enteros que 'demostraban' la presencia humana en el archipiélago japonés hace más de medio millón de años. Pillado in fraganti por unos reporteros en noviembre de 2000, el arqueólogo reconoció su culpabilidad, pidió disculpas y explicó que «había sido víctima de la tentación»."

Razz

Con Iruña Veleia se debería tirar del hilo, seguro que hay grandes politicos detras del asunto. Ya que de haberse confirmado el hallazgo como bueno hubiese sido un excelente añadido para la historia-ficción de los nacionalistas vascos.