Crónica de un ilusionado trabajador que acaba de entrar en su primera empresa nos cuenta cómo, poco a poco, se da cuenta de que es un currante puteado. Triste, pero real como la vida misma.
Esto es una grandísima mierda, mi jefe nunca aparece hasta las diez
Algún jefe que tuve llegaba a las 12, e incluso en horarios de jornada intensiva de verano donde los demás entrábamos a las 8 y saíamos a las 15.
entiendo que todo el entusiasmo con el que comienza es ironía, porque desde el principio se ve que esa iba a ser la tónica general del 'maravilloso' trabajo
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Esto es una grandísima mierda, mi jefe nunca aparece hasta las diez
Algún jefe que tuve llegaba a las 12, e incluso en horarios de jornada intensiva de verano donde los demás entrábamos a las 8 y saíamos a las 15.
entiendo que todo el entusiasmo con el que comienza es ironía, porque desde el principio se ve que esa iba a ser la tónica general del 'maravilloso' trabajo