En un medio ambiente finito como el nuestro, un crecimiento indefinido es inviable y conduce al colapso. Esto es obvio, pero según Jorge Riechmann, el pensamiento ecológico tiene que insistir en esta obviedad porque vivimos en una sociedad en la que todo está construido como si ese crecimiento indefinido sí fuera posible y se potencia un sobreconsumo de territorio, energía, materiales y agua.
Somos parte de un ecosistema, como cualquier otro animal. Pensar que estamos fuera de los condicionantes ecológicos me parece una muestra de pensamiento mágico no racional, aunque se escude en los oropeles de la tecnociencia. Pensamiento mágico alienante que nos disfraza de dueños del planeta,ajenos a las complejas interacciones que rigen cualquier sistema ecológico y a las que estamos sometidos indudablemente, aunque no sabemos con certeza como nos afectará como especie, debido entre a otras cosas a que hemos desarrollado un sistema de pensamiento científico compartimentado que es incapaz de profundizar en sistemas complejos como la ecología.
Desde ese punto de vista mágico e irreal la solución al colapso ecológico está en transgénicos y nanotecnología, en alterar de forma irreparable el ecosistema, que no alcanzamos a comprender, y esperar con fe que todo vaya bien y que la depredación pueda seguir indefinidamente.
Comentarios
Mas razón que un santo. Pero seguimos, seguimos, seguimos....
Somos parte de un ecosistema, como cualquier otro animal. Pensar que estamos fuera de los condicionantes ecológicos me parece una muestra de pensamiento mágico no racional, aunque se escude en los oropeles de la tecnociencia. Pensamiento mágico alienante que nos disfraza de dueños del planeta,ajenos a las complejas interacciones que rigen cualquier sistema ecológico y a las que estamos sometidos indudablemente, aunque no sabemos con certeza como nos afectará como especie, debido entre a otras cosas a que hemos desarrollado un sistema de pensamiento científico compartimentado que es incapaz de profundizar en sistemas complejos como la ecología.
Desde ese punto de vista mágico e irreal la solución al colapso ecológico está en transgénicos y nanotecnología, en alterar de forma irreparable el ecosistema, que no alcanzamos a comprender, y esperar con fe que todo vaya bien y que la depredación pueda seguir indefinidamente.