No hay exceso de democracia, hay déficit de ella. Desde mi punto de vista la sociedad esta madura para una transición que nos lleve a disminuir la democracia representativa y haga crecer la democracia directa. Más referendums, más consultas directas. La representación esta viciada porque siempre la hacen sobre compromisos ambiguos que manejan a su antojo los grupos políticos.
Al PP no le interesa ese debate, pero tiene cautivo el voto de varios millones de personas, muchos de ellos votantes que se consideran liberales y se han dejado, digamos, engatusar por la palabrería, otros tan sólo elementos de ese franquismo sociológico que hemos heredado del Antiguo Régimen.
Al PP no le interesa ese debate ni ningún otro. Lleva tres años movilizando a sus incondicionales por cualquier motivo, con el objetivo de desestabilizar. Nunca admitieron la derrota del 14 de marzo, consecuencia de sus muchos errores.
#3 Técnicamente, no sé si podemos decir que ésta sea una democracia representativa. Algunos analistas la llaman "democracia de audiencia". Estoy de acuerdo en que muchas personas están maduras para una transición hacia un modelo más participativo que garantice, precisamente, que los representantes electos respondan a nuestros requerimientos y no tanto a los de otras estructuras de poder (Iglesia Católica, grandes empresas, etc.).
Del artículo me ha interesado esa idea de que no es incompatible el voto con otros ejercicios políticos, como el asociacionismo o el ejercicio de la libertad de expresión y la crítica. A muchos políticos les gustaría que los votáramos y luego nos quedáramos en casa viendo la tele hasta la siguiente convocatoria.
Comentarios
No hay exceso de democracia, hay déficit de ella. Desde mi punto de vista la sociedad esta madura para una transición que nos lleve a disminuir la democracia representativa y haga crecer la democracia directa. Más referendums, más consultas directas. La representación esta viciada porque siempre la hacen sobre compromisos ambiguos que manejan a su antojo los grupos políticos.
Al PP no le interesa ese debate, pero tiene cautivo el voto de varios millones de personas, muchos de ellos votantes que se consideran liberales y se han dejado, digamos, engatusar por la palabrería, otros tan sólo elementos de ese franquismo sociológico que hemos heredado del Antiguo Régimen.
Al PP no le interesa ese debate ni ningún otro. Lleva tres años movilizando a sus incondicionales por cualquier motivo, con el objetivo de desestabilizar. Nunca admitieron la derrota del 14 de marzo, consecuencia de sus muchos errores.
#3 Técnicamente, no sé si podemos decir que ésta sea una democracia representativa. Algunos analistas la llaman "democracia de audiencia". Estoy de acuerdo en que muchas personas están maduras para una transición hacia un modelo más participativo que garantice, precisamente, que los representantes electos respondan a nuestros requerimientos y no tanto a los de otras estructuras de poder (Iglesia Católica, grandes empresas, etc.).
Del artículo me ha interesado esa idea de que no es incompatible el voto con otros ejercicios políticos, como el asociacionismo o el ejercicio de la libertad de expresión y la crítica. A muchos políticos les gustaría que los votáramos y luego nos quedáramos en casa viendo la tele hasta la siguiente convocatoria.
¿Qué hacemos con esas grandes empresas capaces de poner en jaque no sólo a un partido, sino a un estado y a una sociedad entera?