Hace 11 años | Por --108522-- a salaimartin.com
Publicado hace 11 años por --108522-- a salaimartin.com

En 1784, el entonces embajador de los Estados Unidos en Paris, Benjamín Franklin, observó que durante el verano, los franceses dormían por la mañana cuando el sol ya había salido y que, por la tarde, tenían que encender velas y lámparas para iluminar sus casas. Eso comportaba un absurdo gasto que podían evitar si cambiaban los relojes una hora. Como todavía no existía la “hora oficial”, el inventor americano propuso que, al cantar el gallo, se dispararan salvas de cañones para despertar a los dormilones.

Comentarios

jorso

Iba a darle caña a #0 por las MaYúSCuLaS del titular, pero son cosecha de Xavier Sala-i-Martín.