Hace 13 años | Por --199438-- a elpais.com
Publicado hace 13 años por --199438-- a elpais.com

Uno de los mayores inconvenientes de cumplir años, que rara vez se menciona, es la creciente vergüenza que uno va pasando. Le cabe siempre la duda de si la culpa es suya, por no saber adaptarse a los nuevos usos y tiempos, o si lo es de éstos, es decir, si los que le ha tocado vivir en su edad madura son particularmente grotescos y zafios. En modo alguno descarto la primera posibilidad, pero, sea...

Comentarios

D

Esta parte me parece la mejor del artículo:

Por las mismas fechas veo la ascensión al Tourmalet durante el Tour de Francia, y estoy a punto de apagar la televisión, sin enterarme del desenlace, por no soportar la contemplación de la caterva de oligos que impiden avanzar a Contador y Schleck, o bien ansían derribarlos: unos van disfrazados de bandera, otros de Batman o de Superratón, otros van casi desnudos, buena parte son vejetes y una parte aún mayor son unos gordos que hacen bambolearse al sprint sus deprimentes carnes (claro está, sprints muy breves).

D

Hombre, ya no soy el único rarito al que le avergüenzan estas cosas.

Tiy

Más tarde se presenta en Marbella o por ahí Michelle Obama, y lo que me causa indescriptible bochorno no es ya la actitud hortera, aldeana, agobiante e innoble de la multitud que la persigue por donde quiera que vaya y que le vocea "¡Eh, Michel!" como si fuera una vecina suya de toda la vida, sino los codazos entre políticos y empresarios indignos para hacerse una miserable foto a su lado, la pasta que pagan para poder decir que han "compartido" cena con ella, sus disputas sobre la pedanía que pisan los pies consortes presidenciales, y, sobre todo, el comportamiento de nuestros medios: he visto abrir las noticias de TVE y otras cadenas con esas imágenes peronistas o franquistas,