Es extraña la fascinación de la gente por destruir un automovil, y tambien porque no de ver como se destruye y prueba de ello es el éxito que tienen estos videos. Y si nos olvidamos de uno de los instintos más primarios del hombre, la destrucción, tambien podemos sacar algo positivo de estos videos y es la resistencia de algunos de estos vehículos, que aguantan choques, saltos y un maltrato sin compasión y aún así siguen funcionando.