Hace 15 años | Por pablicius a lemonde.fr
Publicado hace 15 años por pablicius a lemonde.fr

En el día mundial del profesorado, la Unesco lanza este mensaje. La educación primaria universal es uno de los ocho objetivos del milenio. Denso artículo que analiza ademas la situación mundial del estatus profesional, salarial y sistemas de reclutamiento del profesorado, la tendencia a la privatización, y los efectos restrictivos de la crisis económica. Traducción en comentario 1.

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TRADUCCION DEL ARTICULO
SEGÚN LA UNESCO, FALTAN 18 MILLONES DE PROFESORES

Al mundo le faltan “profes”: 18 millones de educadores adicionales son necesarios para otorgar educación primaria para todos de aquí al 2015, uno de los ocho objetivos del milenio fijados por Naciones Unidos. La UNESCO y la Internacional de la educación (que agrupa a las organizaciones sindicales de la profesión) hacen sonar la alarma con motivo del Día mundial del profesorado, celebrado el domingo 5 de octubre.

Esta cifra que da vértigo resulta de un crecimiento de varios parámetros: primero, del número de niños privados de escuela, que son alrededor del 10% de la franja de edad entre 6 y 12 años en edad de ser escolarizados; luego las previsiones demográficas; las jubilaciones del profesorado también; y para terminar, una tasa de 40 alumnos por profesor, que es la que maneja la UNESCO.

Esta proyección pesimista no debe sin embargo esconder el gigantesco avance alcanzado en los últimos años. En menos de diez años, se ha pasado de 103 a 75 millones de niños no escolarizados “una dinámica que no tiene precedente histórico”, asegura Nicolas Burnett, subdirector general de educación de la UNESCO. Pero es una dinámica que a día de hoy parece frenada, sino directamente amenazada por otros factores, más profundos y más graves que las penurias de los profesores.

El primero de estos factores se refiere a la política de reclutamiento de los enseñantes. Si las tasas de escolarización han mejorado en muchos países, es gracias a la contratación masiva de profesores por parte de comunidades locales. En el Africa francófona, por ejemplo, este tipo de relación es la predominante. No hay duda de que en el Africa subsahariana, donde el 50% de los niños no termina la escuela, “la lógica contable”, como señala Jean-Marc Charles, consejero de la UNESCO en Dakar, es el factor que prima sobre ninguna otra consideración.

Este experto evalúa, por una encuesta que aparecerá en breve, realizada en 42 países africanos, que habría que contratar 2,3 millones de profesores para alcanzar en 2010, 2015 o 2020, según el país, la escolarización primaria universal.

Este horizonte parece inalcanzable sin los recursos para los no-funcionarios. Ahora bien, las redobladas críticas sobre la mala calidad de la educación (un fenómeno no exclusivo de Africa), o sobre los riesgos de privatización del sistema educativo que se da en el mundo entero, muestran que el consenso que ha rodeado durante muchos años esta política de reclutamiento se está deshaciendo. Aún a riesgo de fomentar las iras sindicales, el señor Charles asegura que ningún estudio ha aportado pruebas de la menor calidad de una enseñanza dispensada por profesores en una situación contractual menos sólida frente a la que ofrecen los que tienen un estatus más sólido.

No obstante: si los profesores siguen siendo poco formados y mal pagados, “la escuela seguirá siendo un sistema de selección”, se lamenta Martin Péricard, de la ONG Ayuda en acción, quien señala la tendencia en Vietman, Laos, Camboya y China, que consisten en hacer pagar a los padres la escuela pública de sus hijos. Sin contar con que en muchos países de sudeste asiático, la privatización gana con la creación de escuelas privadas de baja calidad, como hace notar Sheldon Schaeffer, director de la oficina Asia-Pacífico de la UNESCO. Y sin contar tampoco que será difícil generar nuevas vocaciones sin una mejora del estatuto y el salario.

El espectro de la crisis financiera representa otra amenaza, todavía más inmediata. La UNESCO, que pretende aprovechar bien este Día mundial para agitar los expedientes tanto como los espíritus y los corazones, constata que la generosidad de los países desarrollados ya se ha reducido. “Los compromisos (para la educación básica) pasaron de 5200 millones de dólares en 2004 a 3700 en 2005. Hubo un pequeño aumento en 2006, pero sin volver al nivel de 2004”, explica el señor Burnett.

Brigitte Perucca