Pero nadie quiere compartir coche, y eso a pesar de la cantidad de recursos y webs que sobre el tema han comenzado a surgir. ¿O tendrán que obligarnos mediante leyes y multas, como siempre, para que aprendamos? En éste sentido, en algunos países ya se paga más peaje en las autopistas para aquéllos que viajen solos, y en España no tardará en entrar una normativa aún más firme al respecto. Todo ello por la terquedad de muchos a querer viajar solos con todo el salón de su casa a cuestas.
Comentarios
La verdad es que, cuando iba a la universidad, siempre me llamaba la atención la cantidad de coches uni-personales que pasaban por las paradas de autobús repletas de gente. Si cada coche que iba hacia allá (a según qué horas el 99% del tráfico de esa carretera es desde o hacia la universidad) recogiese a un par de personas, el tráfico hubiese sido mucho más fluido, los autobuses irían más descargados y todo el mundo iría más cómodo.
Tengo que reconocer que alguna vez que he cogido el coche para ir allí yo tampoco lo he hecho (no sé, siempre pienso que se van a creer que soy un psicópata o algo así ), pero deberían popularizarse este tipo de comportamientos, a ver si me quito las neuras de encima y me animo la próxima vez...
El peaje más sencillo de todos, más cómodo y rápido en el pago, más fácil de instalar en todo cuanto vial exista, para convencer a la gente de la necesidad de compartir, es subir drásticamente el irrisorio precio actual de los combustibles, pues si creemos que hay demasiados coches se puede subir el precio de compra del mismo, pero si creemos que lo que sucede es que se usan demasiado, está claro que hay que penalizar el kilometraje, de manera que no salga a cuenta coger el coche para ir a tomar unas tapitas a la provincia de al lado, para ir a por tabaco al estanco o para ir al trabajo cada uno su vehículo privado. Eso se podría hacer con subiendo el impuesto sobre los hidrocarburos, por ejemplo, pero hay otras muchas maneras. Sería lo más razonable, creo.
Lo dice uno al que le gusta ir en su coche y mal que le pese.