Publicado hace 13 años por a_laragranero a sandwichdecarton.blogspot.com

Esta es una historia basada en hechos reales, señores. No sé muy bien cuándo ni dónde el párroco de una iglesia se subió al púlpito con el cuello recién rociado de perfume del caro, pero lo hizo. El día de antes se había acercado a la perfumería de su barrio para buscar el mejunje que mejor se adaptara a su personalidad, así lo pidió el eclesiástico, confiando en el gusto infalible de una vendedora que lo mismo...

Comentarios

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Yo me quedo con

A tí te quiero, mi Pura/ lo mismo tengas la llave/ que tengas la cerradura.

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Bueno no me gusto tanto el articulo no le voy a dar el meneos, hay muchos paradigmas sobre esto de los curas