La onicofagia es el término médico utilizado para describir el hábito compulsivo de comerse las uñas. No se sabe realmente la causa exacta de la aparición aunque es bien sabido que el estrés y la ansiedad son inherentes a la actividad de esta mala costumbre.
Después de más de treinta años dedicado al noble arte de la onicofagia, yo he logrado dejar el hábito en el 90% de mis dedos. Sin ayudas, sin parches, sin chicles. Mi método (que no he patentado pero seguramente redactaré bajo licencia CC ) ha consistido en:
1. Dejar de morderme la uña de un dedo (al azar).
2. Luego otro.
3. Luego otro.
Sigue el bucle hasta que te quede un solo dedo mordido, y la creciente satisfacción al comprobar que tus uñas parecen humanas harán que ceses en el vicio. ¡Comprobado!
desde comenzar el método hasta llegar a mis logros actuales pasaron unos cuatro meses, incluyendo un par de recaídas. Actualmente, me mordisqueo la uña castigada muy de vez en cuando, pero tampoco me preocupa excesivamente. Total, antes lo hacía con las diez, ¿no?
Comentarios
Qué pena, en el artículo meneado realmente no dicen cómo evitar comerse las uñas
(si, soy onicófago declarado)
¿Qué tiene de malo (comérselas)? Se ahorra el tiempo que se emplearía en cortarlas
habladorcito:
Después de más de treinta años dedicado al noble arte de la onicofagia, yo he logrado dejar el hábito en el 90% de mis dedos. Sin ayudas, sin parches, sin chicles. Mi método (que no he patentado pero seguramente redactaré bajo licencia CC ) ha consistido en:
1. Dejar de morderme la uña de un dedo (al azar).
2. Luego otro.
3. Luego otro.
Sigue el bucle hasta que te quede un solo dedo mordido, y la creciente satisfacción al comprobar que tus uñas parecen humanas harán que ceses en el vicio. ¡Comprobado!
Nota sobre "timing":
desde comenzar el método hasta llegar a mis logros actuales pasaron unos cuatro meses, incluyendo un par de recaídas. Actualmente, me mordisqueo la uña castigada muy de vez en cuando, pero tampoco me preocupa excesivamente. Total, antes lo hacía con las diez, ¿no?
Joder, mahamara, no me digas eso que mato a mi madre: más de 30 años diciéndome que no me mordiera las uñas para acabar oyendo esto