Desde que os fuisteis, las ciudades han cambiado. Las calles, habitualmente embotelladas, parecen de un barrio residencial. En lugar de cláxones y frenazos se escucha el canto de los pájaros. Abundan los espacios para aparcar. Puede uno cruzar la ciudad en el tiempo cronológico y realizar varias gestiones en un día. En el metro, han desaparecido los agobios y todos viajan sentados.Cerraron algunas tiendas pero la ciudad no está desabastecida. Quietas las maletas, todos a la playa. Hacen falta soluciones imaginativas en situaciones de crisis
Comentarios
¡Ojalá pudiéramos! Seguro que piensan muchos de los que están en la playa.
Yo hace años que tomé la determinación de coger las vacaciones en temporada baja. Es más barato, es más relajante, y no hay problemas en el curro para coger vacaciones porque el resto se pelea por las mismas fechas de siempre. Y por si fuera poco, como durante las fechas vacacionales tradicionales la producción se ralentiza, incluso trabajando son días más agradables.
En cualquier caso, a mí siempre me llamó la atención esa manía de querer irse todo el mundo en las mismas épocas (semana santa, julio-agosto, ...). Al final, te pierdes esa delicia que se comenta en el blog, que es disfrutar de Madrid sin colapsos ni agobios, y te vas a un lugar de veraneo que está repleto de madrileños y donde sí vas a sufrir colpasos y agobios, solo que en lugar de ser en la Castellana son en un paseo Marítimo
Ya sé que no todo el mundo puede elegir, pero no me creo que la mitad de Madrid no pueda elegir.
Por favor, no volváis. Vosotros necesitabais huir, erais vosotros los que precisabais hacerlo afrontando el gasto incluso en tiempos de crisis. Os ha llovido, no se han cumplido los objetivos propuestos. Permaneced ahí. Mañana, o la semana que viene saldrá el sol todos los días. Os lo merecéis. … Y nosotros también.
Un texto muy original
Esa tilde baila.... quedénse?
Si lo dices por que ha llovido y no han salido las procesiones, pero en un ciudad como zaragoza, con el centro cortado es casi mas caotico que un dia normal