A Apple hay que reconocerle el indudable éxito de conseguir crear una magia o vínculo irracional que doblega el raciocinio del usuario y, como el flautista de Hammelin, consigue que todos sigamos su rastro sin mirar el suelo que pisamos. Vaya por delante que quien escribe este artículo es un usuario avezado de la marca y cayó también bajo el embrujo del célebre "One more thing" que presenta Steve Jobs y que anuncia la llegada de un producto con el sello de la casa. Sí, aquel embrujo que nos hace decir compulsivamente "quiero-uno-ya".
Comentarios
Dios, los Maqueros no ois dais cuenta, pero estais creando una nueva religión con Steve Jobs como profeta. Vaya secta, Dios mío. Consumir, consumir, consumir...
Está chulo el iphone, pero no pasa de ahí...
También es cierto que no tengo la pasta para comprarlo (ni las ganas de derrochar todo ese dinero)
Es caro, pero quien pueda permitírselo y le guste la tecnología, es un gadget imprescindible.