Publicado hace 14 años por bendertheofender a diariodecadiz.es

La Policía Local de Conil recibió un chivatazo y los sorprendió in fraganti. En uno de los búnker de la playa de Castilnovo, el escenario utilizado para los actos sexuales que el proxeneta, un holandés afincado desde hace años en la localidad, concertaba nada menos que para su ahijado, un menor de tan sólo 13 años, al que obligaba a prostituirse desde hacía tiempo y del que también abusaba.

Comentarios

Andreamtez

Un profesor... qué asco.
Espero que se divieran en la cárcel unas cuantas décadas.