"El ‘cero’, al igual que el diez, es consustancial al estudiante. Hay cosas que no deben cambiar. No creemos que suponga ningún trauma que te pongan un ‘cero’. (don Emilio [Calatayud] me recuerda que el llegó a tener ocho suspensos -se cuenta en Mis sentencias ejemplares- lo que le valió unas vacaciones en Campillos, legendaria institución dedicada a enderezar a los chavales tímidos para los estudios- "
... Y el Bachillerato de tres cursos. A los chavales se les regala una secundaria de lo más elemental y luego se pretende que en dos años estén preparados para una carrera universitaria.
Poner un cero a un estudiante sólo sería justificable, según los argumentos de los técnicos del Ministerio, por la ausencia total del estudiante a las clases,** una situación imposible _porque_ asistir al colegio hasta los 16 años es obligatorio y con un número máximo de faltas el niño perdería la escolaridad.
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... Y el Bachillerato de tres cursos. A los chavales se les regala una secundaria de lo más elemental y luego se pretende que en dos años estén preparados para una carrera universitaria.
Poner un cero a un estudiante sólo sería justificable, según los argumentos de los técnicos del Ministerio, por la ausencia total del estudiante a las clases,** una situación imposible _porque_ asistir al colegio hasta los 16 años es obligatorio y con un número máximo de faltas el niño perdería la escolaridad.
Juas, juas, juas, juas, juas...