Francisco de Quevedo, el maestro de la ironía y la picaresca, nos demuestra que sería un gran político. Nos la meten doblada, no nos enteramos y, a veces, nos gusta.
Nos cuentan milongas que ni ellos mismos se creen pero realmente quieren decir prepárate que ya he llegado, ahora que estoy en el poder tengo derecho a esquilmar las arcas públicas y aumentar mi patrimonio.
Comentarios
#0: Y cómo es posible que nos guste si no nos enteramos?
joe que viejo!
Nos cuentan milongas que ni ellos mismos se creen pero realmente quieren decir prepárate que ya he llegado, ahora que estoy en el poder tengo derecho a esquilmar las arcas públicas y aumentar mi patrimonio.