Hace 12 años | Por carlesm a 324.cat
Publicado hace 12 años por carlesm a 324.cat

No es lo mismo emborracharse en el trabajo que llegar ya ebrio. Esta diferencia es la que ha permitido a un guardia civil rebajar de 6 meses de suspensión de empleo a 4 dias la sanción impuesta en febrero de 2009 por la Dirección General de Policia y la Guardia Civil. Nota: Traducción en el comentario #2.

Comentarios

carlesm

Traducción:

No es lo mismo emborracharse en el trabajo que llegar ya ebrio. Esta diferencia es lo que ha permitido a un guardia civil rebajar de seis meses de suspensión de empleo a cuatro días sin sueldo la sanción que en febrero de 2009 le impuso la Dirección General de Policía y la Guardia Civil. El agente recorrió al Tribunal Supremo y éste le ha dado la razón al considerar que bebió fuera de servicio.

Manuel P. G. se presentó el 30 de enero de 2006 en el cuartel de la Guardia Civil de Tafalla, en Navarra, para cubrir el servicio de puerta entre las 10 de la noche y las seis de la mañana con evidentes síntomas de embriaguez.

El estado de ánimo alterado, el olor de alcohol, una cierta inestabilidad e incoherencia en el razonamiento, cambios de ánimo y ojos enrojecidos llevaron a sus superiores y compañeros a retirarle el arma y relevarlo del servicio que tenía que hacer.

El agente fue sancionado por una falta grave, castigada con seis meses sin empleo según el régimen disciplinario de la Guardia Civil, por embriagarse durante el servicio pero él no estuvo de acuerdo. Ahora, el Supremo le ha dado la razón.

La resolución del tribunal considera los hechos una falta leve porque la ingesta de alcohol no tuvo lugar durante la prestación del servicio sino antes de comenzarlo. Así, el guardia civil sólo tendrá que pagar con cuatro días sin sueldo su borrachera.

mblanch

Joder... esto es peor que Torrente.

Fotoperfecta

#1 Y es posible que habitual.
Hace años fuí de vacaciones al País Vasco.
Poco antes de llegar a Bilbao, me paré a comer en un restaurante que había en un area de servicio.
Al ir a pagar, al lado de la caja habían dos guardias civiles.
El más joven se estaba tomando un café con leche, el más mayor (calculo que 40-45 años) se estaba tomando un cubata.
Yo flipé. De servicio y pegándose un lingotazo. Al menos uno delante de mi, a saber cuántos llevaba o cuántos le quedaban hasta acabar el servicio.