Publicado hace 14 años por thombjork a porantonomasia.wordpress.com

[c&p] Teniendo en cuenta que en gran número de ocasiones los datos objetivos no son determinantes a la hora de ejercer el derecho a voto y que los partidos políticos se promocionan del mismo modo que una empresa utilizando y cumpliendo una por una “las 22 leyes inmutables del marketing” se puede afirmar que la idea social entorno a los partidos políticos (al menos los mayoritarios) es más una visión de marca que una elección objetiva al margen de la publicidad donde la “información asimétrica” es la que determina la orientación del voto [...]

amromero

La opinión pública en España es una vergüenza...

D

#1 el programa electoral. Se publicita una idea vaga de lo que se supone que es el partido pero no se habla nada de lo que realmente se supone que es.

Chikedor

#0 ¿Se pagan 100 € (o más) por bambas Nike o por la marca?

D

#5 si, 1,07 euros por voto de los partidos con representación en el parlamento.

sixbillion

A los borregos del rebaño no hay que hacerles de pensar, con una buena imagen de marca con la que se sientan identificados les vale...

pablicius

Se vota una lista, sobre cuya composición el que vota no tiene posibilidad de influir. Democracia imperfecta.

borrego01

Esto es más una estafa. Porque tu votas por un producto que siempre se queda lejos de las promesas.

A parte de lo ilegal de la competencia, cuando todos, o por lo menos los mayoritarios, son básicamente lo mismo, estafadores, ladrones y egocéntricos preocupados en su bolsillo y en el de sus padrinos.

La marca que deberíamos retirar del mercado es la de "Clase política". El mismo nombre es un fraude.

AitorD



No, hombre, no. Las siglas son lo de menos. En realidad, se vota a un proyecto: un equipo de buenos gestores capaces de ilusionarnos, y unas propuestas recogidas en un programa, que luego se cumplen a rajatabla.

Igualtat

He hablado con personas con alguna idea diametralmente opuesta en algo de la que defendía su partido, y aún así no se bajaban del burro. Justifican lo injustificable, incluso según su propia concepción.

Así nos va.