Hace 14 años | Por mikelete a diariodemallorca.es
Publicado hace 14 años por mikelete a diariodemallorca.es

Las mesas con ceniceros en las terrazas se multiplicarán, crecerán los toldos y, en invierno, florecerán las sombrillas estufas. La calle y, sobretodo, las aceras de los bares tendrán más vida. Y tras tomar un café en un bar o salir de fiesta una noche, ni la ropa ni el pelo apestarán a tabaco. Cuando llegue el veto al cigarro, no pasará nada. Ni los establecimientos perderán clientes ni los restauradores se verán obligados a cerrar. Todo seguirá igual.

Comentarios

ElPerroDeLosCinco

Cuidado España, que si echamos el tabaco de los bares, es posible que entre en ellos otra plaga: los niños. Hay gente que cree que los bares y cafeterías son guarderías en las que puede soltar a sus críos para que corran y griten impunemente mientras ellos se toman una cañita. Cuando no haya humo en los bares, me temo que este comportamiento será más habitual aun.

V

#1 ¿Acaso ya no los hay? A ciertos padres les importa poco que se fume o no en el local para llevar a sus hijos....y lo que tu dices...creen que son guarderías

L

No todo seguirá igual. Yo empezaré a ir a los bares.

M

#4 y un servidor, al igual que tú y Eliot Ness en sus tiempos, saldrá a celebrarlo

enmafa

a ver cuando lo prohiben dentro las casas que yo no tengo poder para quitar a mi parienta...

oxnox

Cuando prohíban los pedos, los sobacos y las halitosis esto va a ser el paraíso...