Cuando en octubre de 2011 oí que Mariano Rajoy se había comprometido a devolver la “felicidad a los españoles” me quedé de piedra. ¿Era posible que un presidente de un Gobierno mejorase la felicidad de sus ciudadanos? ¿Sería Mariano Rajoy ese presidente?. Era algo en lo que pensar...
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Bonita forma de explicar las distintas formas de gestionar la economía, que en otras palabras sería "nunca llueve a gusto de todos".