Onuphre era un furibundo pecador -por lo que se sospecha, bastante mariquita- que residía en Tebas, muy cerquita del Nilo. Un desengaño, en el que la Santa Iglesia no ha querido entrar en detalles, le llevó a convertirse en anacoreta solitario... Pero quiso Dios que el santo varón no pasara ni frio ni vergüenza, y ordenó que su cuerpo se cubriera de pelos
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