Duro relato de Marcos Ferreiro sobre lo que está sucediendo en Darfur (Sudán), acercándonoslo como si lo que sucede estuviera pasando en el festival de música de la ciudad castellonense. Realmente lo único que cambia respecto a la realidad son los nombres de las ciudades.
#1 No compara el FIB con un campo de refugiados, eso sería vergonzoso (y mucho más para alguien que anda por allí en Sudán). La idea es dejar claro que estas personas que ahora están encerradas en los campos antes tenían una vida y que un buen día de pronto se vieron despojadas de todo y encerradas, de la noche a la mañana.
Cuando se relatan estas tragedias es bastante socorrido el "imagina si te hubiese pasado a ti", el autor lo ha recreado (en una ficción) con un evento al que suele acudir bastante gente en España.
Respetando los votos de todo el mundo (faltaría más), yo no lo veo amarillista: no dice "esto podría pasar aquí", sino más bien "imagínate que esto te pasa a ti, y te pongo un entorno de ficción en un escenario que conoces para que te sea más fácil".
Me parece una gilipollez, una falta de respeto y una horterada de cojones comparar un festival de pijillos en versión apocalíptica con la masacre de Darfur. O no lo he entendido y el gilipollas soy yo.
Muy buen artículo. Cuando algo sucede lejos de aquí prácticamente ni nos enteramos. Ojalá existiesen más relatos como este que ayuden a que nos demos cuenta de lo privilegiados que somos por nacer en un sitio determinado y de la ayuda inmediata que necesitan muchas personas en muchos lugares del mundo.
Pues la comparativa es muy clara. Compara los iglús de los Fibbers con las chabolas improvisadas. Compara una gran extensión de 18.000 jóvenes bailando y drogándose con un campamento para 18.000 refugiados. Y bueno, él intenta hacer una crítica constructiva de concienciación.
Comentarios
#3 Gracias por la aportación de materia gris. Cuando el periodista es un penco, porque es un penco; y cuando no lo es, porque no lo entendemos...
A mí me parece muy bien traído.
#1 No compara el FIB con un campo de refugiados, eso sería vergonzoso (y mucho más para alguien que anda por allí en Sudán). La idea es dejar claro que estas personas que ahora están encerradas en los campos antes tenían una vida y que un buen día de pronto se vieron despojadas de todo y encerradas, de la noche a la mañana.
Cuando se relatan estas tragedias es bastante socorrido el "imagina si te hubiese pasado a ti", el autor lo ha recreado (en una ficción) con un evento al que suele acudir bastante gente en España.
Respetando los votos de todo el mundo (faltaría más), yo no lo veo amarillista: no dice "esto podría pasar aquí", sino más bien "imagínate que esto te pasa a ti, y te pongo un entorno de ficción en un escenario que conoces para que te sea más fácil".
Me parece una gilipollez, una falta de respeto y una horterada de cojones comparar un festival de pijillos en versión apocalíptica con la masacre de Darfur. O no lo he entendido y el gilipollas soy yo.
Muy buen artículo. Cuando algo sucede lejos de aquí prácticamente ni nos enteramos. Ojalá existiesen más relatos como este que ayuden a que nos demos cuenta de lo privilegiados que somos por nacer en un sitio determinado y de la ayuda inmediata que necesitan muchas personas en muchos lugares del mundo.
Pues la comparativa es muy clara. Compara los iglús de los Fibbers con las chabolas improvisadas. Compara una gran extensión de 18.000 jóvenes bailando y drogándose con un campamento para 18.000 refugiados. Y bueno, él intenta hacer una crítica constructiva de concienciación.