Tras hacerse con USD 37 millones, el ladrón "dio una propina" de 1,000 ETH a cada uno de los protocolos afectados. En uno de los mayores exploits de la era DeFi
Esta es la diferencia fundamental entre Bitcoin y Ethereum.
Bitcoin apostó por un proceso largo de introducción de nuevas funcionalidades, con largos y rigurosos procedimientos de prueba de esas novedades tanto a nivel formal como práctico, con gente de renombrada solvencia y con largos debates sobre potenciales riesgos en los incentivos así como en la implementación. Con tiempos de puesta en marcha agotadoramente lentos.
Los ritmos de Bitcoin no fueron aceptables para quienes querían introducir muchas novedades y mucha flexibilidad al protocolo, así que decidieron crear una cadena de bloques paralela, así es como nació Ethereum.
Ésta se ha demostrado como una plataforma donde la innovación es la norma, con continuas novedades y mucho desarrollo por muchos frentes. Cualquiera puede programar sus propios contratos y hacerlos públicos para que quién quiera pueda usarlos.
Y eso tiene sus riesgos. Se vieron de forma clara con el DAO, el buque insignia de Ethereum en su momento, acabó siendo un estrepitoso fracaso que obligó a tomar la decisión drástica de revertir las transacciones, reescribir la cadena de bloques para minimizar las consecuencias del desastre. Ha habido otras noticias donde monederos multisignatura de Ethereum han quedado bloqueados por error, a la espera que alguien encuentre una solución para desbloquearlos. Este meneo trata de otro de los riesgos, una vulnerabilidad en una pieza de código insuficientemente probada afecta a montones de víctimas que ven como sus tokens cambian de propietario sin su consentimiento.
La innovación de Ethereum tiene este precio, un precio que Bitcoin en su día no quiso pagar y hoy por hoy siguen sin ser conocidas vulnerabilidades significativas en su protocolo. Dos enfoques muy distintos con desenlaces acorde con el nivel de riesgo asumido.
Comentarios
Está clarisimo!
Esta es la diferencia fundamental entre Bitcoin y Ethereum.
Bitcoin apostó por un proceso largo de introducción de nuevas funcionalidades, con largos y rigurosos procedimientos de prueba de esas novedades tanto a nivel formal como práctico, con gente de renombrada solvencia y con largos debates sobre potenciales riesgos en los incentivos así como en la implementación. Con tiempos de puesta en marcha agotadoramente lentos.
Los ritmos de Bitcoin no fueron aceptables para quienes querían introducir muchas novedades y mucha flexibilidad al protocolo, así que decidieron crear una cadena de bloques paralela, así es como nació Ethereum.
Ésta se ha demostrado como una plataforma donde la innovación es la norma, con continuas novedades y mucho desarrollo por muchos frentes. Cualquiera puede programar sus propios contratos y hacerlos públicos para que quién quiera pueda usarlos.
Y eso tiene sus riesgos. Se vieron de forma clara con el DAO, el buque insignia de Ethereum en su momento, acabó siendo un estrepitoso fracaso que obligó a tomar la decisión drástica de revertir las transacciones, reescribir la cadena de bloques para minimizar las consecuencias del desastre. Ha habido otras noticias donde monederos multisignatura de Ethereum han quedado bloqueados por error, a la espera que alguien encuentre una solución para desbloquearlos. Este meneo trata de otro de los riesgos, una vulnerabilidad en una pieza de código insuficientemente probada afecta a montones de víctimas que ven como sus tokens cambian de propietario sin su consentimiento.
La innovación de Ethereum tiene este precio, un precio que Bitcoin en su día no quiso pagar y hoy por hoy siguen sin ser conocidas vulnerabilidades significativas en su protocolo. Dos enfoques muy distintos con desenlaces acorde con el nivel de riesgo asumido.
Con cebolla.