Hace 4 años | Por mfc a es.gizmodo.com
Publicado hace 4 años por mfc a es.gizmodo.com

La pandemia de Covid-19 ha generado una inusitada demanda de productos que antes se encontraban sin ningún problema a un precio normal. El último de esos productos en unirse a la selecta lista de víctimas de la especulación no es otro que las webcam.

Comentarios

squanchy

#7 Yo he grabado media hora en HD sin despeinarme con un Redmi 6.

ﻞαʋιҽɾαẞ

Hay que entretenerse de alguna forma, como por ejemplo grabando vídeos guarros.

El_Cucaracho

#1 Con una webcam te salen más pixelados que una peli porno japonesa.

squanchy

#1 jejeje yo ya he tenido alguna videollamada caliente con la parienta. Cuando se entere de que los móviles graban...

ﻞαʋιҽɾαẞ

#8 Que rulen esas grabaciones...

squanchy

#10 horny cordobesa does dirty things

Cantro

#7 en casa puedes tenerlo cargando y apoyado contra algo.

Cantro

Incomprensible en un mundo con smartphone

El_Cucaracho

#2 Lo malo es que el smartphone gasta mucha batería en la grabación y que las cámaras de los móviles no están hechas para el video continuo.

Droidcam te puede sacar de un buen apuro si no tienes cámara web y tienes que hacer la videoconferencia en el ordenador.

D

Antes, a mediados del siglo pasado, los espías entraban de forma silenciosa en las casas de las víctimas para instalar micrófonos y cámaras carísimas. Ahora, en el siglo XXI, son las propias víctimas quienes compran esos aparatos con su propio dinero y las instalan ellos mismos para que los espías los vigilen de forma abierta y descarada, sin disimular ni nada.

alexwing

Yo uso a diario el teléfono para videoconferencias no tengo webcam y la calidad no solo es óptima sino mejor que la de la mayoría de los que usan webcam. No he tenido problema con ninguna plataforma y si necesito compartir pantalla me uno además desde el ordenador y ya está.

Democrito

Aquí uno que tiene varias reuniones diarias por Skype y similares, que pasa de comprarse una webcam y que alega que desgraciadamente la del portátil está rota. Vamos, que no voy a peinarme para hablar por teléfono.
Y las reuniones son igualmente provechosas.