En el otoño de 2006, el caso de una familia catalana alcanzó notoriedad al conseguir gracias a la Ley Concursal aliviar sus cargas financieras por primera vez en la historia de nuestro país. Consiguieron que un juez dictaminara un acuerdo con sus acreedores para evitar los embargos y dejar de pagar un 30% de los 160.000 euros que debían. Relacionada:
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