Hace 15 años | Por guslevi a jornada.unam.mx
Publicado hace 15 años por guslevi a jornada.unam.mx

Un simple cambio químico en el cerebro de los inofensivos acrídidos los transforma en langostas gregarias y migratorias, que forman enjambres devastadores para las cosechas en África y otras regiones del mundo, según un estudio publicado en Estados Unidos. El descubrimiento del papel que desempeña la serotonina (un neurotransmisor) en la formación de grandes enjambres de estos insectos abre potencialmente la vía para desarrollar técnicas eficaces de combate a este flagelo que afecta la subsistencia de uno de cada 10 habitantes del planeta.