Reconozco que cuando me enviaron la foto no me lo podía creer. No podía imaginar que fuera capaz de hacer que toda una Virgen tan famosa como la del Pilar se convirtiera en una imago más del Banco de Santander, en el logo de su gran empresa, en soporte de su imagen corporativa.
Me parece tremendo, en el peor sentido de la palabra. Aunque, por otra parte, a mí me preocupa muy poco si el muñeco lleva el logo del Banco de Santander o la foto de Fernando Alonso. Aunque me imagino que habrá gente a la que le moleste.
Eso sí, el autor del artículo enlazado hace algunas afirmaciones un poco "duras". Supongo que las tendrá documentadas. Espero que a Botín no le dé por buscarle las cosquillas.
Es tradición realizar ofrendas a la virgen en forma de manto. Hay muchos, entre otros: http://es.geocities.com/c20n/mantos.htm
Por ejemplo, cuando el Real Zaragoza ofrece un título en la Basílica, la Virgen del Pilar viste su manto.
#3 bueno, ibercaja y cai también donaron sendos mantos, pero se guardaron bien de colocar el logo de su entidad en ellos. Lo encuentro una falta de respeto, tanto por parte de botín como del obispo que lo haya permitido.
Comentarios
Me parece tremendo, en el peor sentido de la palabra. Aunque, por otra parte, a mí me preocupa muy poco si el muñeco lleva el logo del Banco de Santander o la foto de Fernando Alonso. Aunque me imagino que habrá gente a la que le moleste.
Eso sí, el autor del artículo enlazado hace algunas afirmaciones un poco "duras". Supongo que las tendrá documentadas. Espero que a Botín no le dé por buscarle las cosquillas.
Es tradición realizar ofrendas a la virgen en forma de manto. Hay muchos, entre otros: http://es.geocities.com/c20n/mantos.htm
Por ejemplo, cuando el Real Zaragoza ofrece un título en la Basílica, la Virgen del Pilar viste su manto.
Lo que deja claro que la iglesia de los pobres no es tal
.
Ya lo dijo Quevedo... Poderoso Caballero...
#3 bueno, ibercaja y cai también donaron sendos mantos, pero se guardaron bien de colocar el logo de su entidad en ellos. Lo encuentro una falta de respeto, tanto por parte de botín como del obispo que lo haya permitido.