(c&p)Tras la domesticación de los animales (hace 9000 años) el hombre comenzó a consumir su leche. La selección natural habría favorecido a aquellos individuos con una mutación que les hiciera capaces de mantener los genes de la lactasa activos durante toda la vida. Se considera así que la habilidad en la edad adulta para digerir la lactosa, el principal azúcar de la leche, supondría una ventaja evolutiva al permitir el acceso a una fuente extra de nutrientes.
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