Solo en situaciones extremas los bancos piden avales: "Unos padres pensionistas o un hermano que a su vez tenga una hipoteca por satisfacer son el 'abracadabra' suficiente para que la caja fuerte de la entidad financiera haga chirriar sus goznes." El País tiene otra historia: "Al final de la hipoteca, la pareja, cuyo piso costaba 170.000 euros, habrán pagado, a lo largo de los 50 años, 223.000 más de intereses."
www.elpais.es/articulo/economia/Ano/2056/fin/hipoteca/elpporeco/200607