llevamos demasiado tiempo asistiendo al uso interesado de nuestro dolor...en la confrontación política. ¡Qué siniestra paradoja! Que nuestro dolor se haya convertido en un arma para hacer daño a los que no piensan como ellos. Ésa es la triste y penosa verdad del uso que la derecha reaccionaria, populista y demagoga hace de nosotros, las víctimas. Primero nos convirtieron en un muestrario que enseñar en las manifestaciones del odio los sábados por la tarde.Ahora ya sólo servimos para teñir de sentimentalismo un pobre discurso electoral" Impres
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