"Mi tío se ha ofrecido para hablar con Paco [Camps] sobre el plan", le dijo Vicente Cotino, propietario de Sedesa, a Enrique Ortiz, el constructor alicantino investigado por el caso Brugal. Unas conversaciones grabadas por orden judicial vuelven a arrojar dudas sobre la figura del político valenciano, sombra omnipresente en todos los casos de corrupción que se investigan en Valencia pero sin ser imputado en ninguno.
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