Los templos, para los creyentes, son edificios sagrados. [...] Para los que no somos creyentes, pero amamos la cultura, los templos (antiguos) suelen ser también edificios que hay que cuidar con mimo, ya que nos hablan de personas y épocas pasadas y habitualmente añaden a esto una gran belleza plástica. […] la mayoría de la gente tolerante y/o culta, además de los creyentes considerarían una barbaridad coger un bote de spray y escribir su nombre. En España, a mediados del siglo pasado, había gente que lo hacía con total impunidad.
Comentarios
Pues a mediados del siglo pasado había en España un gobierno, que nadie considera ni tolerante ni amante de la cultura, pero que se proclamaba como muy creyente, que talló a martillo y cincel en enormes letras el nombre de uno de sus capos en la fachada de la catedral de Burgos.
Aún me estoy riendo con lo de capos
Pues menos mal que allí sólo tienen uno. En otros sitios la pared de los templos está llena de nombres de capos, de subcapos, de sicarios y de ralea fascista diversa.
#3 "talló a martillo y cincel"
Jejeje, creo que igual se necesitaría la colaboración de algún que otro restaurador, que con la crisis el gremio está chungo así que les vendría de perlas un trabajito.
eso se arregla con un poco de aquaplast y listo...
#2 el resto de nombres estaban escritos debajo, pero las décadas y el olvido de los que pintaron los nombres hicieron el trabajo sucio... pero el nombre del capo grande no se va con lluvia y nieve