Publicado hace 16 años por Cacique500 a jauysumundo.blogspot.com

Estremecedora reflexión sobre las sensaciones que puede sentir un joven terrorista asesinando a sangre fría, en esta ocasión uno de los que tiroteó a los guardias civiles de Capbreton, Francia.

Comentarios

francisco

Este post le supone un grado de humanidad al cabronazo que apretó el gatillo que yo al menos me permito dudar bastante....

Dalavor

Pobre chaval. Se debe sentir muy mal. Me encantaría tenerlo a mi lado, y charlar sobre la trascendencia de sus hechos, de cómo se deben sentir los familiares de las víctimas. Me encantaría decirle que lo que hace no está bien, y que lo entienda. Me fascinaría arrancarle todos esos prejuicios y ese odio, luego los dientes, y las uñas, y los dedos, y después las piernas y brazos, hasta dejar de él sólo una cabeza que mira, desde sus ojos de asesino, su cuerpo deforme y mutilado, del que sólo quedan el cuello y el tronco y la pelvis, y que gritara de horror unos segundos más antes de su inminente muerte, al ver como acaricio un palo rugoso de diez centímetros de diámetro que acabará por hacer de él un "hombre".

Me gustaría todo eso, pero no voy a hacer nada. Primero porque hablar con un asesino es para nada. No tienen conciencia. En cuanto a la tortura, por apetecible que parezca, jamás sería capaz. Hay que ser un hijo de puta para hacer cosas así. Hijo puta y cobarde, como un etarra.

mciutti

Una persona normal, un francotirador novato en una guerra, tal vez sienta algo parecido antes de apretar el gatillo. Pero esas alimañas, con con el poco cerebro que tienen sorbido, no creo que estén reflejadas en ese texto.

De hecho apostaría que en cuanto se sintieron seguros, se apresuraron a celebrar su "hazaña".

D

Una mierda, un cabrón que dispara a la cabeza a un chaval desarmado así porque sí no se le pasa nada de eso por la puta cabeza. Esos solo tienen serrín y ya es decir mucho.

Os recuerdo que iban detras de ellos insultandoles y amenazandoles de muerte no pensando en si iban a poder disparar...

PROVOCACIÓN