Se habrán visto las mismas fotos de todos los años, algunos transexuales, los chulazos de siempre, este año se habrá hablado de los conciertos silenciosos y para colmo lo sucia que quedó Madrid tras la fiesta. Pero casi ningún medio de comunicación, y menos en Madrid con la caverna mediática, se habrá fijado en la magnitud de la asistencia a este evento que ya se ha constituido por derecho en la fiesta de Madrid. Aunque no lo quieran ver muchos todavia.
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