La expresión “generaciones perdidas” hizo que varios alumnos saltaran como un resorte, argumentando que esa expresión es falsa y absurda, ya que no tiene sentido aplicarla en la historia. Mi respuesta llevó la argumentación a otro terrerno: una generación perdida es aquella cuyos individuos no han tenido la oportunidad de elegir por sí mismos, de escoger lo que quieren ser, aquellos que no han tenido las mínimas condiciones de vida como para rozar si quiera la felicidad.
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