La intimidad del monstruo

Ya sabemos que adoraba a los niños. En las imágenes aparece retratado junto a ellos, afable, cariñoso, divertido. En ocasiones les toca la cara o les sonríe. Sus favoritas eran las niñas de Goebbels, que le siguieron hasta el búnker en su triste final. Parecía tener debilidad por las niñas rubias, con las que aparece en multitud de fotografías. Hay abuelos que les presentan a sus nietos, madres que le acercan a sus bebés, alegres muchachos vestidos de tiroleses.

[#2 francisco]

Creo que el nazismo fue una época apacible para muchos y que no hay necesidad de condenarlo, como estas imágenes demuestran el tío Adolf era un encanto de persona...

Espera, ¿me estoy liando? no se, últimamente no tengo la cabeza clara....

Igual confundo nombres y lugares... como otros...

[#4 aberron]

#3 Impresión equivocada

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Hitler, dentro de su paranoia, no consideraba a las demas razas como humanas. Eso le hacia tener su consciencia tranquila a pesar de ser un monstruo. Es un rasgo comun en los tiranos. A sus enemigos los deshumanizan para no tener ellos remordimientos.

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#5 si hasta tenía el bigote así por que un amigo suyo le aconsejó que se lo recortara para que pudiera ponerse la máscara antigás.

[#3 jcomesana]

Me da la impresión que se insinúa que Hitler tenía tendencias pedófilas. No hacen falta añadir conjeturas, con lo que realmente se conoce de él ya tenemos bastante.

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Se especula que en el periodo de entreguerras Hitler sobrevivio a base de prostituirse con homosexuales, ya que al ser un pesimo pintor era incapaz de vender un cuadro.

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¿hittler?. Eso sí, muy interesante el artículo.

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#3 En el libro 'Hitler' de Ian Kershav podeis encontrar más información. La única relación que se le conocio fue con una sobrina suya muy jovencita (no lo suficiente para ser pedofilia). Parece ser que su 'amor' dejaba marcas en la sobrina. Al cabo de un tiempo, esta chica se suicido y parece, que Hitler, no volvio a catar nada (al menos que se sepa).

[#10 mystico]

#6 Pues le has quitado el único encanto que tenía para mí

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No es un caso único. Verdaderos monstruos han sido, y todavía lo son, padres cariñosos y personas agradables. Es algo realmente difícil de aceptar. Imagino por ejemplo hijos de dirigentes nazis enterándose ya mayores que su cariñoso padre es responsable de cientos o miles de muertes. No se lo deseo a nadie

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No se la gente de que se sorprende, el mal personificado no existe, a todos se le puede sacar algo bueno.